El miércoles 26 de abril a las 18.30 se inaugura en el Pabellón de Bellas Artes de la UCA la muestra “Imágenes equivocadas” de Silvina Benguria
Con la curaduría de Cecilia Cavanagh, directora del Pabellón de las Bellas Artes, yRaúl Santana, la exposición constituye una cuidada selección de obras donde domina un rojo puro, el primer color visible, que incorpora el amor y la pasión de la artista por la pintura y por la vida, y que esta hábilmente integrado con otros colores puros y vibrantes. Incluyendo tanto a la figuración como a la abstracción, lo esencial y la fuerza de la imagen de cada pintura, se resalta con colores que van directamente al sentido de la vista.
La nuestra está integrada por una veintena de obras, algunas de gran tamaño, realizadas en acrílico sobre tela, y constituye una demostración de coherencia de la artista con el estilo tan personal que la distingue.
Cecilia Cavanagh expresa a propósito de esta muestra: “En Imágenes equivocadas, Silvina Benguria utiliza el humor como herramienta en el pensamiento y el andar superficial de aquellos interlocutores que analiza con detenimiento y profundidad; observa el correr o el detenerse de diversos personajes, y se deleita con su expresión a través de sus elocuentes miradas; plantea el enigma soberbio de navíos desafiantes; disfruta del mundo dinosaurio y se recrea con sus colores enérgicos. En un rojo prohibido, y haciendo gala de su ironía y mordacidad en el momento de tener que elevar sus pensamientos de los demás sobre la tela, Benguria logra que su obra no nos sea indiferente”.
A pesar del humor y la ironía, a pesar de que a veces roza la ternura, el arte de Benguria -que siempre se ha manifestado como una potente celebración del color, y ahora dibuja triunfante con la masa-, no está exento de una crueldad, que se disfraza, para hacernos cómplices de esas visiones donde la vida ha sido negada, para dar paso a la desfiguración. Ocurre que su arte ha venido proponiendo un universo propio, fruto de una larga acechanza de la figura humana y sus hábitos, para desnudar en sus telas esa naturaleza a la que conducen las maneras rituales y tics.
Sus personajes son frágiles y solemnes, confundidos y envueltos en una blandura que sólo puede provenir de estar satisfechos de sí mismos; casi siempre capturados en trance de ser arrojados al absurdo, como si a pesar del enorme esfuerzo de seguir idénticos, una mirada hubiera descubierto esa condición que ellos no perciben en esas cámaras donde se han defendido, se han apretujado y han vivido casi en silencio, tratando de no perturbar nada, y de que nada los perturbe, para así fundar sus pequeñas dinastías en esas escenas en las que la existencia canta en falsete y desentonando.
“La obra de Silvina Benguria no es fácil de insertar en alguna de las corrientes que proliferan en nuestro medio artístico. Sólo podemos señalar que su imaginario ha venido desde siempre abordando con solvente coherencia sus intuiciones y propósitos iniciales, como expresión de una honda subjetividad, que dará como resultado de sus agudas transfiguraciones caricaturescas, la cifra visible de una secreta obra interior” afirma Raúl Santana.
El retrato de Rómulo Maccio, El Moñito rojo, que en palabras de la artista “se pinto solo”, “fue un personaje apasionado y divertido, difícil e intenso”. El reverenciado Volcán de Tupungato, icono que es imaginado por Benguria como este paisaje solemne, espontaneo y desprovisto de apego, pero cuya eminencia notable de la línea culminante de la Cordillera de los Andes, es inminente y cercano. Aunque apagado desde muy antiguo, el rojo macizo de frente y de fondo de la obra, con algunas manchas grises que suponen sus ásperas y pendientes laderas, lo conservan en permanente estado de actividad.
“Buques y cargueros aislados navegan por el Rio de la Plata –registra Cavanagh-. La magnitud de los barcos y su recalcada presencia, avanzan agigantadamente hacia el espectador, con una aureola de nubes ampliadas detrás, que contrastan con líneas casi rectas pero suaves, acentuando un halo sospechoso y un movimiento de navegación. Benguria emplea trazos simples y grandes formatos en busca de la apariencia altanera y arrogante de estas embarcaciones misteriosas.
De cabeza pequeña, cuello largo, cola robusta y seguramente larga, y las patas anteriores más cortas que las posteriores, El dino mirón de Benguria camina en primera plana con vigor. Se anuncia con altura a un grupo de dinosaurios ubicados en planos borrosos y difusos, y se dirige hacia ellos con firmeza y entusiasmo.”
Y continúa la curadora: “Viajando a alta velocidad y a ninguna parte, La llegada continua acelerando camino a caerse y perderse en el vacío. En Figuras sentadas, las mujeres se exhiben en una silla negra, vestidas y enmarcadas en un rojo explosivo, y con piernas seductoras, para cautivar al hombre de paseo esa noche. Los cómodos sillones Bergere en Guantes celestes, le permiten a la protagonista de la obra recostarse plácidamente, y desde ese lugar agudizar su mirada para el estudio de su entorno sin ser molestada u observada”.
SOBRE LA ARTISTA
Silvina Benguria (Buenos Aires). Pintora y escultora. Estudio pintura con Eufemiano Sanchez, sin embargo se considera autodidacta.
Principales exposiciones individuales en Galerias Lirolay, Rubbers, Carmen Waugh, Jack Martinez, Ruth Benzacar, Arte Actual, Santiago, Chile, Arte Espacio, Santiago, Chile; Banca di Roma, Roma, Italia; Galeria Klemm, Rubbers (Ii), Centro Cultural Taipinquiri, La Paz, Bolivia; Palacio Duhau y numerosas exposiciones individuales en el interior del pais.
Participa en exposiciones colectivas en Argentina, Polonia, Brasil, Chile, Estados Unidos, Finlandia, Holanda, italia, Japon, Uruguay y Chile.
En 1978 gano la beca Francesco Romero, otorgada por el gobierno de Italia, trasladándose a Roma donde reside varios anos.
En 1997 obtiene la beca Pollock, y a lo largo de su carrera recibe numerosos premios y distinciones nacionales e internacionales.
Numerosos críticos han escrito sobre su obra, entre ellos Carlos Espartaco, Rosa María Ravera, Guillermo Whitelow, Waldemar Sommers, Jorge Glusberg, Ernesto Schoo, Fermin Fevre, Albino Dieguez Videla, Julio Sánchez y Ana Martinez Quijano.
Sus obras forman parte del Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y museos en Chile, Estados Unidos, Israel, Canada, Italia, Japon y Holanda.
Inauguración: miércoles, 26 de abril, 18.30 hs
Cierre: domingo, 28 de mayo, 2017
De martes a domingo, de 11 a 19 hs
Entrada libre y gratuita
www.uca.edu.ar/pabellon
Pabellón de las Bellas Artes
Pontificia Universidad Católica Argentina
Alicia Moreau de Justo 1300, PB
(1107) Puerto Madero – Buenos Aires